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El mercadillo semanal de los jueves sigue creciendo y alcanza los 47 puestos
En cuatro semana se ha pasado de los 20 a los 47 puestos instalados, la mayoría de textil, calzados, frutos secos, golosinas, plantas, flores, bazar y menaje.
Continuando con la línea ascendente iniciada en las últimas cuatro semanas desde que se decidió el reinicio de la actividad tras el parón provocado por el Estado de Alarma, el mercadillo de los jueves de Castuera ha contado esta semana con 47 de los 85 puestos que estaban asignados antes de que la pandemia de la COVID-19 frenara en seco esta actividad económica basada en la venta ambulante.
Desde su reapertura el 21 de mayo con 20 puestos instalados, la afluencia de vendedores del mercadillo ha ido creciendo progresivamente. La segunda semana entraron 28 puestos, mientras que el jueves 4 de junio la cifra de puestos instalados subió hasta los 36 y la semana pasada ya fueron 43, mayoritariamente de textil, calzados, frutos secos, golosinas, planta, flores, bazar y menaje, y hasta una churrería. También la afluencia de público ha ido aumentando progresivamente semana tras semana.
El concejal y delegado de Servicios Generales y Mercados, Ángel Morillo, ha confirmado el incremento de las cifras de ocupación del mercadillo, «que han permitido en cuatro semanas pasar de los 20 a los 47 puestos instalados, y todavía hay plazas vacantes disponibles en el recinto».
Morillo entiende que esta medida supone «un claro apoyo al comercio ambulante, siendo conscientes desde el Ayuntamiento de la necesidad por la que atraviesan determinados vendedores y su interés por retomar la actividad, siempre atendiendo a las medidas de seguridad e higiene dictadas por las autoridades sanitarias y el Gobierno de España».
Finalmente, Morillo recordó que, para asegurar el cumplimiento de las medidas de seguridad y organización, desde el inicio hasta la finalización del mercadillo, la Policía Local y Protección Civil están muy pendientes de que, tanto a la entrada como a la salida, los usuarios lleven mascarillas puestas y se laven las manos con gel hidroalcohólico, además de regular el flujo de personas, y, en la medida de lo posible, controlar el aforo con el fin evitar las aglomeraciones.