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"EL PROYECTO ES UN RECURSO SOCIAL Y COMUNITARIO"

El Banco de Ayudas Técnicas quiere prestar servicio a personas con limitaciones físicas graves o con determinadas patologías

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El banco de ayudas técnicas de la mancomunidad de municipios de la serena se presenta como un recurso real ante las necesidades de un colectivo de personas dependientes. Para conocer más de cerca el funcionamiento y los servicios que ofrece, Hoy Castuera se ha reunido con Maribel Murillo Núñez, trabajadora social y coordinadora de los servicios sociales de la mancomunidad.

Desde el servicio social de base y en función de las necesidades que se detectaron en torno al año 2010, a través de cada uno de los trabajadores sociales de los municipios, y en el ámbito de la dependencia física y psíquica de personas, se descubrió la falta de medios técnicos que disponían las familias para hacer más llevadera la atención diaria de sus obligaciones con familiares en el domicilio.

El coste que supone la compra de determinados útiles y la escasa promoción de tiendas especializadas de carácter social fue el fundamento principal para intentar conseguir y consolidar un servicio de ayudas técnicas para personas con dificultades de acceso a estos recursos.

Una vez redactado el proyecto, el presidente de la mancomunidad por entonces Martín Caballero, lo propuso a los componentes de la asamblea para su aprobación por los miembros que la constituían, siendo favorable y mayoritario el resultado. Por tanto, el siguiente paso fue presentarlo en el CEDER, que previas conversaciones, fue incluido en sus presupuestos anuales y concedida la ayuda económica para la compra del material e iniciar, así, un camino de apoyo y ayuda al dependiente y a sus familiares.

“El proyecto se lleva a cabo como un recurso creado dentro del servicio social público de carácter comunitario. Cada vez se crean más ayudas técnicas por la demanda tan elevada que existe”, explica Murillo.

Este servicio de ámbito comarcal está integrado por útiles y elementos mecánicos que facilitan el cuidado, la movilidad y la trasferencias de personas dependientes. “Con tres objetivos principales; mejorar la calidad de vida, favorecer la autonomía y evitar la institucionalización de los demandantes”. Así como, destaca, “apoyar la labor del cuidador profesional y no profesional en el desarrollo de las actividades básicas de la vida diaria”, explica.

La sede principal para la gestión y tramitación del servicio se encuentra en la mancomunidad, aunque informa que las demandas son previamente recogidas por los trabajadores sociales de cada municipio de los que forman la comarca o desde los centros de atención primaria. “En función de las demandas que se tienen vamos dando salida a los servicios”, apostilla.

Tipos de ayudas

La coordinadora relata que dentro del servicio se ofrecen varios tipos de ayuda. “Las más solicitadas son las de movilidad y desplazamiento, por ejemplo las grúas de traslado, de incorporación y baño, la silla de rueda o los cambiadores de pañales”. En general se presentan como una serie de ayudas domésticas que favorecen el bienestar de las personas dependientes.

El servició comenzó a funcionar en el año 2012, con la colaboración de Diputación de Badajoz. “Desde que comenzó se ha prestado ayuda a más 70 usuarios. El perfil más recurrente es el de personas mayores con limitaciones físicas o psíquicas, aunque también hay personas jóvenes que requieren los servicios en un momento puntual para rehabilitación. En el caso de las personas mayores el uso se extiende más en el tiempo”, relata.

Asimismo, Maribel explica que los usuarios tienen una serie de derechos, como estar informado del funcionamiento del servicio o recibir la ayuda técnica en buen estado. En el caso de los deberes se incluye el devolver el articulo en buen estado, y adquirir el compromiso de cuidarlo para que se beneficien más personas.

Por su parte, informa que el servicio tiene un coste de interés mínimo que se establece por una ordenanza reguladora, para la prestación del servicio del banco de ayudas técnicas que se publicó en el BOP en septiembre de 2014. “El pago simbólico consiste en el ingreso de una fianza que dependerá de la ayuda prestada, pues no es lo mismo una grúa que una muleta. De igual manera, el alquiler mensual depende del coste que tenga dicha ayuda”.

Relata que los precios varían, desde el más elevado, que son 37 euros al mes por el servicio de grúa, hasta 0,46 céntimos por la prestación de un par de muletas. “Cuando el demandante finaliza su uso, la fianza es devuelta, y con el dinero recaudado por el alquiler se van adquiriendo nuevos aparatos para ofrecer más servicio”, sentencia.

El perfil de los usuarios se centra en hombres y mujeres de entre 75 a 90 años con limitaciones físicas graves y progresivas o psíquicas con determinadas patologías, y casos puntuales de jóvenes en proceso de rehabilitación y recuperación. “Es un servicio cada vez más reconocido y demandado que va llegando a más localidades y que aumenta poco a poco”. Esto se debe, comenta, entre otros factores, a la incorporación de la mujer al mercado laboral, la escasez de recursos técnicos disponibles y al elevado coste que supone la compra de estos aparatos. “Nació por la necesidad expresada de la población al acudir a los servicios sociales de bases para solicitar apoyo económico o un préstamo de determinadas ayudas técnicas”.

Actualmente se benefician de este servicio 22 familias, habiendo pasado por él más del triple desde que se puso en marcha hace cinco años. El éxito del proyecto reside en la coordinación y difusión de los técnicos del área social y sanitario de la comarca. “Nuestro objetivo principal es seguir dando servicio a toda la población durante muchos años, garantizando así el bienestar de las personas que de otra manera no podrían contar con este tipo de ayuda”, concluye.