Más de medio millar de personas disfrutaron del XXV Festival Flamenco de Verano de la peña ‘Manzanito de Castuera’ celebrado el pasado viernes 24 de agosto en la ‘Caseta Municipal’ del ferial de Castuera,y que contó, con la presencia de cantaores de la talla de Miguel de Tena, Manuel González “Rubito Hijo”, ambos ganadores de la prestigiosa ‘Lámpara Minera’ del Festival del Cante de Las Minas de la Unión, la joven promesa Adrián Fernándezy el guitarrista Antonio de Patrocinio hijo.
Manuela López y el presidente de la peña “Manzanito de Castuera”, Nemesio Ruiz “El de la Mandila”, fueron los encargados de presentar una velada que resulto variada y completa, y que se prolongó por espacio casi cuatro horas.
Aunque no estaba previsto en el cartel de la velada, el primero en subir al escenario fue Juan Muñoz para recitar un poema dedicado a La Serena, que fue bien recibido por los asistentes al evento.
La joven promesa del cante, AdriánFernández, fue el primero en subir al escenario para ofrecer un repertorio muy purista interpretando con notable acierto los palos más clásicos del flamenco arrancando los primeros aplausos del público, en un comienzo de festival que presagiaba una gran noche flamenca para los numerosos aficionados al cante que se dieron cita en el evento, entre los que se encontraba el alcalde de la localidad, Francisco Martos.
La noche flamenca comenzó a entrar en ambiente con la actuación deManuel González “Rubito Hijo”, quien demostró su ya dilatada experiencia sobre los escenarios ofreciendo un recital sobrado de conocimiento y una lección de cante flamenco.
Acompañado a la guitarra por Antonio de Patrocinio hijo, su poderosa voz y su dominio del compás cautivaron a un público que premió con sonoros aplausos lamagníficaactuaciónque el cantaor sevillano de La Puebla de Cazalla remató con una serie de fandangos cantados en pie y sin micrófonos.
Para finalizar y como broche de oro a este festival que en esta vigésimo quinta edición presentaba uno de los carteles más completo de su dilatada andadura, subió al escenario Miguel de Tena.
Era la actuación más esperada de la noche y cumplió con creces. Miguel de Tena cantó con su oficio habitual cautivando de nuevo al público con su enorme calidad y demostrando, una vez más, una energía y una profesionalidad propias únicamente de las personas dotadas especialmente para la interpretación de los cantes flamencos.
Como en anteriores comparecencias en la localidad, Miguel de Tena demostró su talento sobre las tablas, interpretando de manera ortodoxa y tradicional, cantes de levante ytarantas, soleás y alegrías, tangos y tientos, obuleríasy granaínas, en un generoso repertorio que remató, como en él es habitual, con una serie de fandangos cantados en pie y a viva voz ante un público que agradeció y premió su actuación con una ovación de varios minutos.
Por otra parte, destacar la magnífica guitarra de Antonio de Patrocinio hijo que se acopló perfectamente a los cantes, envolviéndolo en su momento preciso y dando fuerza donde es necesario, para crear un preciso equilibrio entre cante y toque.
En definitiva, una extraordinaria velada flamenca que quedará en el recuerdo de peñistas y aficionados como una las mejores de todas las celebradas en la localidad.